Ruth 3:18
"Entonces Noemí dijo: Espérate, hija mía, hasta que sepas cómo se resuelve el asunto; porque aquel hombre no descansará hasta que concluya el asunto hoy".
En estos últimos meses he estado sumergida en el libro de Ruth, ¡qué deleite! De verdad, les confieso que ha sido enriquecedor. He sentido que hasta las pausas que pueden darse dentro del texto como las comas y los puntos, han sido de bendición. Y es que no me cabe la menor duda, que cuando decidimos anhelar y aprender más de su Palabra, Dios nos sorprenderá. Lo que una vez leí y no me habló en aquél momento, hoy salta a la vista para que no lo pase desapercibido.
Vayamos al capítulo 3 del libro de Ruth y veamos este poderoso final. Ruth había sido obediente, siguió al pie de la letra las indicaciones que le dio su suegra Noemí. Fue a la era sin que Boaz la notara y allí se acostó a sus pies, pidiéndole para que este sea su pariente redentor. En medio de la noche, él siente a alguien en sus pies, y cuando le pregunta quién es, Ruth entonces le responde: "Yo soy Rut tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente cercano". Cuando Boaz la siente en sus pies, ella le revela su petición.
Ruth se había preparado para este encuentro, para esta proposición que le hacía al hombre que no sólo le había dado trabajo, alimento, gracia, cuidado y consuelo; sino que también era su pariente redentor por la familia de Elimelec, su suegro. En el hebreo Boaz era su goel.
Hay algo que resalta en estos versos al final y es que Noemí, luego de escuchar cómo fue el encuentro con Boaz, le dice a Ruth,"aquel hombre no descansará hasta que concluya el asunto hoy". Amiga que me lees, ¿cuántos asuntos por resolver tenemos en nuestra vida? ¿Cuántos asuntos pensamos podrán tener solución o hasta un final feliz? En definitiva creo que todas podemos levantar la mano y decir yo tengo asuntos. A lo mejor tenemos hasta asuntos archivados en nuestro interior pensando que jamás tendrían una respuesta de parte de Dios.
Pero, qué hermoso y especial es saber que así como hizo Boaz con Ruth, así también hace Jesús por cada uno de nuestros asuntos, de nuestros problemas, dificultades, enfermedades y hasta las peticiones más pequeñas que guardamos en el corazón. Boaz tipifica a Jesucristo. Dice el texto que aquél hombre no descansará. ¿Qué nos dice el Salmo 121:3? No dará tu pie al resbaladero, Ni se dormirá el que te guarda. Quien nos guarda y nos cuida no duerme, ni tampoco se adormece. ¡Poderoso! Boaz encontraría ese mismo día cuando saliera de la era la solución que allí en el lugar alto, le presentó Ruth a sus pies. En total rendición, en total sumisión, sabiendo en su corazón que Boaz tendría la respuesta necesaria.
En el hogar de Noemí y Ruth ya había alimento. Sin embargo, habían aún asuntos que parecían no tener solución. Recordemos que Ruth era moabita y apesar de su paso de fe, muchos la señalarían por su país de procedencia. Ellas habían llegado de Moab sin nada; sólo se tenian la una a la otra. En medio del duelo de haber perdido a sus esposos, Noemí con amargura en su interior y Ruth aceptando el desafío de una nueva tierra, y sobre todo la fe en el Dios de Israel. Ruth había tenido trabajo durante el tiempo que duró la siega de la cebada y del trigo; pero ahora faltaba algo más.
Es ese "algo más" el que motiva a Noemí, yo diría en mis palabras que hasta la despierta y la saca de su amargura, a darle la guía a su nuera para que vaya porque ese día en particular él aventaba la parva de la cebada. Ese día Boaz separaba con la ayuda del viento de la altura la paja del grano. Entonces, ese "algo más" no sólo le daría un esposo a Ruth, sino que también le daría descendencia a la familia de Elimelec y Noemí. Ese "algo más" traía una hermosa esperanza.
Hoy, más allá de la historia, de lo que pasó antes y después que Ruth fue a la era, es mi oración que puedas atesorar la frase "aquél hombre no descansará hasta que concluya el asunto hoy". Que puedas seguir intentándolo, seguir orando, seguir clamando, seguir pidiendo; como lo desees llamar; pero sobre todo que no te canses de subir a la era. Jesús no descansará por amor a ti.
Allí en la era, es ese el lugar donde te encontrarás con Jesús, donde estarás a solas y podrás exponerle los asuntos de tu corazón. Donde podrás decirle: "extiende tu manto Señor sobre mi vida". En 2nda de Pedro 3:9-10, "El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento".
Hay que ir a la era cuantas veces sea necesario. Sacar ese tiempo para postrarnos, para rendirnos ante nuestro Redentor porque el tendrá la respuesta para nuestros asuntos.
Será una hermosa aventura llegar a ese lugar y permitir que Sus vientos se lleven toda paja de nuestra vida, todo aquello que nos perturba y todo aquello que no es necesario. Todo aquello que necesitamos concluir. Así como la paja era separada de la cebada, así su misericordia y su bondad dejarán sólo lo necesario en tu vida. Ruth dejó atrás a Moab, dejó su vieja criatura, su pasado y las costumbres que había aprendido y practicado por tanto tiempo. Los vientos del lugar alto la terminaron de purificar para el encuentro.
No podemos presentarnos con paja a los pies de Jesús. Esos vientos en la era procesaron a Ruth antes de entrar en el encuentro con su pariente redentor. Los vientos la dejaron lista, así como quedó la cebada al final del día. El aventar la parva es el paso final en el proceso de la siega, la petición de Ruth a Boaz representa también el detalle final para ser una mujer completamente bendecida, sólo faltaba su redención. Cada viento trajo una nueva luz de un futuro diferente y de bendición para Ruth. ¡Vientos de esperanza!
El Señor no descansa, solo espera que te rindas, que estés a sus pies; allí donde no hay nadie más. Cada asunto preséntalo ante El, estoy segura que Jesús dará la solución al mismo. Recuerda cada uno de tus asuntos están en Sus Manos.
Finalizo con la traducción al español de la versión The Message, Eugene Peterson;
Ruth 3: 18, "Siéntate y relájate, mi querida hija, hasta que descubramos cómo resultan las cosas; este hombre no va a perder el tiempo. Marca mis palabras, él va a terminar todo hoy".
¡Dios te bendiga!
Con amor,
Xiomy M.
A Dios la gloria! Se que no descansa El que guarda mi alma. Bendiciones!