Acordamos traer siempre las primeras cosechas de nuestros campos, y los primeros frutos de nuestros árboles frutales.
Nehemías 10;35
¡Qué maravilloso es cosechar ese fruto que tanto has esperado! ¡Qué satisfacción siente el corazón cuando la obra de nuestras manos florece o da frutos!
Sembrar, es una tarea que requiere paciencia, destreza y dedicación. La realidad es que todo el que siembra, alberga la esperanza de ver retollar su semillas. No conozco a nadie que siembre algo con anhelo para que no se dé.
Dios, quien siembra también en cada uno de sus hijos, lo hace porque como Padre Celestial, desea ver germinar, crecer y cosechar esa semilla que ha colocado. De esta manera, cada uno de nosotros cosechará los frutos del Espíritu. Si la emoción se ensancha en cada uno de nuestros corazones cuando vemos el fruto o las flores de la tierrra; cuánto más se regocijará Dios de los frutos que cada uno damos.
Nuestra vida es ese campo que es cultivado con nuestras decisiones, acciones, oraciones, etc. Cada área de nuestra vida es un campo del cual el Padre espera con ansias, ver los primeros frutos. Cada año es una nueva oportunidad para trabajar los 365 días en el campo del cual somos mayordomos.
Está en ti y en mí acordarnos (como indica Nehemías 10:35) de llevarle el primado de la cosecha y de los frutos. Tu vida es ese hermoso campo del cual Él tanto anhela ver los frutos.
Oro para que en este año 2022 decidamos crear cultivos de grandes hectáreas de los frutos que Dios destaca en su Palabra son distintivos de sus hijos.
Gálatas 5: 22-23 "amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio".
¡Llenemos el corazón del Padre de satisfacción con un cultivo agradable y santo!
Llevemos nuestras primicias como acto de gratidud, por todo lo que Él ha hecho en nuestras vidas.
Con amor,
Xiomy M.

Love it and i love u Sis!!!!