que trajesen a la reina Vasti a la presencia del rey con la corona regia, para mostrar a los pueblos y a los príncipes su belleza; porque era hermosa.
Esther 1:11
Cuando salí hoy al patio de mi casa, me topé con muchas flores silvestres color lavanda. Cada una resaltaba sobre el verde de la hierba y la tierra. En verdad fue como un espectáculo ante mis ojos, pues no todo el tiempo florecen tantas desde la parte de arriba hasta abajo.
Inmediatamente saltó esta pregunta, ¿qué impide tu belleza? Les puedo confesar que ésta pregunta, no sé si sea para ti amiga; pero en definitiva sé que fue para mí. Cuántas cosas se levantan para que nuestra belleza sea ocultada. Para que la hierba mala crezca más alta que la hermosura que Dios ha colocado en cada una.
¿Qué belleza estás mostrándole al mundo?
¿Quiénes son los espectadores que la están contemplando?
¿Cuántas murallas se levantan para que nadie te pueda ver?
¿Dónde está floreciendo tu hermosura? ¿En qué lugar estás plantada?
Surgen muchas preguntas por mi mente, que me atraviesan el alma y el espíritu. Porque sí, la lucha es real. Tú belleza la diseñó el Rey de Reyes, el Creador, con sus hermosas manos, pero todos la ven y la conocen. Si hay alguien que la ve, incluso hasta antes que sea mostrada o que florezca, es el enemigo y sus tinieblas.
Cuando nos sentamos y meditamos en estos detalles, cobra vida la razón y la causa para el ataque que te asfixia, para la tormenta que no te permite caminar sobre las aguas.
Para el desánimo que te abraza cuando más anhelas hacer cosas para el Señor. Para la tristeza que pareciera tu sombra y te extrae todo el ánimo y la esperanza.
La lucha es tan y tan real; porque el propósito y el llamado la belleza que nos ha sido injertada es más grande. Cobra otra dimensión, inclusive no hay medida o palabras para poder describirla porque es la que fue creada desde la eternidad.
Vayamos a las Escrituras para profundizar un poco en una mujer muy bella, de la cual no muchos predican o estudian.
Esta es la reina Vasti, la encontramos en el libro de Esther, primer capítulo. Solo en este capítulo se nos habla de ella. Hoy resalta en mí esta pregunta, ¿para qué fue llamada Vasti al banquete del rey Asuero? para mostrar su belleza.
El rey anhelaba que los príncipes y los pueblos vieran la belleza de su reina. Quería vanagloriarse de la belleza de Vasti; no para disfrutarla en familia (por así decirlo); sino para exponerla a muchos hombres que formaban parte del banquete que habia hecho por siete días. Cabe señalar que antes de este banquete, había tenido Asuero otro el cual se extendió por 180 días. La fiesta en Susa había durado significativamente. Pienso en que he terminado agotada con un día de fiesta que he planificado, no quisiera imaginar tantos días.
La reina Vasti, no aceptó la invitación que le extendió el rey Asuero por medio de sus eunucos, y por ende fue sacada de su reinado.
Sabes qué amiga que me lees, aunque muchos te hayan sacado de un lugar, tu belleza camina contigo. Aunque muchos no hayan estado de acuerdo con tu decisión, tu sigues siendo bella. Aún cuando hayas sido exiliada de muchos lugares, la hermosura de Dios sigue viva e intacta en ti.
La belleza que el Creador puso en ti, no depende del lugar, ni del entorno, ni de las circuntancias que vengan. Es bien simple, tú la cargas, y más allá de lo que es físico, la llevas en tu interior.
La decisión de Asuero, no afectó a Vasti, fue para el mismo. El estaba en su fiesta con miles de personas entre el vino y el banquete, pero la belleza de Vasti no fue expuesta en un mal lugar, en un mal momento. Lo que despertaría en los que la mirarían no traería buenas consecuencias. Cuán necesarios son los NO, en la vida de la mujer.
Hay algo muy hermoso dentro de esta reflexión, y es el detalle que NADA impedirá tu llamado y tus talentos. Tu belleza será vista para un testimonio que da gloria, no a los hombres, sino al Padre.
Si tu belleza y tu diseno está siendo visto con malos ojos, o con malas intenciones (como le pasó a Vasti), serás sacada de ese lugar. La belleza no es para orgullo, no es para aumentar tu autoestima, o tus likes, se trata de que lo que exhibes y muestras habla de quien habita en ti. Habla de Aquél al que le sirves, habla de Aquél quien te salvó y te redimió a precio de sangre. Habla de esa mujer virtuosa que Dios desea exhibir en el mejor lugar, en el mejor ambiente. Tu belleza despertará el bien en los que te rodean.
Hoy con este mensaje el Señor ministra mi vida, oro para que también pueda tocar tu corazón de forma única. Para que la definición de lo que es mostrar, cobre un nuevo significado en ti.
Que tu belleza pueda manifestar la gloria del Rey de Reyes.
Que tu belleza sea vista primero con la aprobación del cielo, luego con la de los hombres.
Que tu belleza sea dada a conocer no por atributos físicos, sino por los dones y los talentos que hablan del Amado de tu alma.
Que tu belleza no tenga miedo, pues grande y fiel es quien te ha llamado.
Que tu belleza pueda resaltar en los día más difíciles, en los días más tristes y en los días que menos imaginas.
Que tu belleza sea única y no tenga comparación.
Que tu belleza sea más alta y tenga más peso que tu aflicción.
Que tu belleza te levante cada mañana para hacer algo nuevo para Dios.
Que tu belleza sea olor fragante al trono de quien te creó,
Que tu belleza no tenga explicación porque tus obras hablan más que tus palabras.
Que tu belleza le recuerde al mundo entero, que eres hechura suya. Como bien dice Efesios 2:10, porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras...
No permitas que nada impida tu belleza.
Con amor,
Xiomy M.
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