1 Crónicas 13:3
"y traigamos el arca de nuestro Dios a nosotros, porque desde el tiempo de Saúl no hemos hecho caso de ella"
Mientras estamos en el recorrido de la vida algunos de nosotros, por no decir todos, tenemos cosas a las que le hemos dejado de "hacerles caso". Cosas que han quedado en un lugar y allí permanecen hasta el presente. Mi abuela materna solía decirme que "hacer caso" era primordial para alzanzar éxito y estabilidad. "Hacer caso" va tomado de la mano con el saber escuchar. Es donde entra en juego esta pregunta, ¿a qué le hacemos caso? ¿A las cosas del mundo y aquellas que nos rodean o le hacemos caso a Dios y a Su Palabra?
Cuando el rey David comienza su reinado, vemos como este tuvo inquietud por el arca de Dios. El arca encabezó su lista de prioridades como rey de Israel. El Señor puso en su corazón este asunto para que éste recordara que el arca del pacto no estaba en su lugar, Jerusalén. El arca estaba en Quiriat-jearim, había sido llevada allí por los filisteos. Dejada en la casa de Abinadab y colocada por Eleazar quien había sido santificado para guardarla (1 Samuel 7:1). Luego en 1 Samuel 7:2 nos dice: "Desde el día que llegó el arca a Quiriat-jearim pasaron muchos días, veinte años; y toda la casa de Israel lamentaba en pos de Jehová". ¡Qué poderosa lección! Todo un pueblo se lamentaba, sin embargo, nadie hacía nada por traerla de vuelta a casa. El lamento sin acción redunda en total inacción. Repite en voz alta conmigo, ¡20 años!
Geográficamente hablando, Quiriat-jearim no queda muy distante de Jerusalén, quedaba localizado en la frontera entre la tribu de Benjamin y la de Judá.
Quiriat-jearim, de acuerdo a Wikipidia, es conocida como la cuidad del bosque. Por otro lado, es conocido también como Quiriat-baal (Josué 18:14).
Mientras leía en días atrás el libro de Crónicas y sobre este versículo. mi corazón y mi mente se hacían pedazos; al pensar en las cosas que he dejado de hacerles caso. Particularmente, aquellas que Dios me ha hablado, y por las razones que sean, las he dejado allí en mi Quiriat-jearim. Siguen pasando los años, los meses, los días y las horas y no las he sacado de allí. Por un momento, Quiriat-jearim puede significar estababilidad, quietud, tranquilidad, pero en cierto sentido se define como olvido. Ese lugar donde dejo lo sagrado y continúo con mi vida.
David había convocado una asamblea y le expuso esta inquietud para traer el arca; en repuesta de Israel a todo el pueblo le pareció bien ( 1 Crónicas 13:4) Si algo maravilloso tiene la Palabra es que es espada de doble filo (Hebreos 4:12) y créanme que me toca hasta el alma reconocer en estos días que hay cosas en mí vida que las he dejado "stand by", siguen allí sin hacerles caso en Quiriat-jearim. Definitivo que tengo que hacer asamblea en mi corazón y exponer ante Dios todo aquello que es santo y sagrado. ¡Cuántas "arcas" esperan por mi acción y tu acción!
Honrar a Dios es honrar también sus mandatos y aquello que nos ha sido entregado. Así como el arca del pacto es sagrada, también cobra suma importancia saber que aquello que nos ha entregado para hacer, emprender, accionar, buscar, etc. es sagrado de igual forma.
En estos días hemos sido afectados en gran manera por un huracán en nuestra Isla, Los titulares de las noticias y los medios de comunicación anticipaban el fenómeno atmosférico para que como nación estuviéramos atentos y preparados. ¿Le hicimos caso a los medios? ¿Le prestamos atención a la advertencia de lluvias y vientos que nos tocarían? La respuesta cada una la conoce en su corazón. Entonces, cuánto más tomar conciencia y memoria de aquello que es sagrado para Dios. De esa "arca" que permanece en la ciudad de los bosques.
Así como era necesario que el arca fuera traída a Jerusalén, también es importante que traigamos ante Dios todo aquello hemos dejado de hacerle caso, aquello que está en pausa. Muchas veces, como decimos, en PR es necesario "revolcar el avispero". Muchas cosas sucedieron más adelante cuando David tomó esta decisión. No sólo la traería de vuelta, sino que también le prepararía un lugar para ser colocada (1 Crónicas 17:1).
Oro en el nombre de Jesús, para que Dios ponga en cada corazón que lea este escrito inquietud por retomar todo aquello que haz dejado de "hacerle caso". Aquello que espera que lo traigas de Quiriat-jearim. Trae a la Presencia del Altísimo todo lo que le pertenece. El arca significaba ese lugar donde Dios habitaba, ese lugar santísimo y sagrado donde estaban colocadas las tablas de la ley, el maná y la vara de Aarón.
¿Que guarda el "arca" que espera por ti en Quiriat-jearim?
Oremos para que la Presencia de Dios nos acompañe a retomar "el arca" de aquello que hemos dejado de hacerle caso.
Consagrémonos para ir en pos del "arca".
Santifiquémonos para traer el "arca" al lugar donde Dios anhela esté.
Adoremos al Rey de Gloria por cada paso que des para traer el "arca" con gozo y gratitud.
Cada paso que decidas dar hará que el camino sea más corto.
¡El momento es ahora! Es tiempo de hacer caso.
Su "arca" espera por ti y por mí.
Dios te bendiga.
Con amor,
Xiomy M.

.
Tremendo! Dios es bueno!