Durante estos días, mientras oraba, recordé fugazmente a la esposa de Job. Una mujer en la Palabra, de la cual no he escuchado mucho en predicas, estudios bíblicos o congresos de mujeres. Realmente no es mucho lo que se dice de ella en el libro de Job, pero aunque es poco, no deja de ser muy interesante y significativo para hablar y profundizar sobre ella. En definitiva hay mucha bendición para ti y para mí cuando decidimos sumergirnos en la revelación que el Padre desea mostrarnos.
Un detalle llamativo que siempre se resalta de la esposa de Job, es que era una mujer fatua. Su propio esposo, Job, la llama de esta forma cuando en medio de todo lo que les habia acontecido ésta le indica que maldiga a Dios y se muera; veamos el texto bíblico.
Job 2:9-10, "Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.
Cuando pienso en esta respuesta tan fuerte de su parte, primeramente entiendo que la misma fue una impulsiva, y con falta de temor a Dios. También medito en el aspecto que ella también estaba sufriendo, pues ambos habían construido una hermosa familia y en un de repente, lo perdieron todo. Lo más fuerte de todo, la muerte de sus diez hijos (7 varones y 3 hembras). Todo en un mismo día. No intento con estos detalles justificar su proceder, solo que podamos ver un resumen de lo que le había tocado vivir.
Ésta mujer, como les mencioné al inicio, no la he escuchado con frecuencia. Pero mientras la estudio surge esta interesante pregunta: Xiomara, ¿cómo está tu respuesta?
La respuesta ante el dolor que sale de tus labios, en algunas ocasiones, ¿se pudiera parecer a la de la esposa de Job? Sientes que alguna vez has hablado como la esposa necia o mujer fatua. La que con su respuesta no sólo muestra falta de temor al Dios Altísimo; sino tambien la que siente que Dios se ha olvidado de ella. La que piensa que el Señor ya no ve su aflicción, su pérdida, su luto, su tristeza y su desesperanza. La que quisiera morir con tal de no enfrentar el presente.
Por otro lado, medito en que sus palabras no estaban siendo bálsamo o consuelo para Job, su esposo. Estaba muy lejos de ser la ayuda idónea que Job necesitaba. Sus expresiones fueron como combustible que encendió en tristeza el corazón de su amado esposo. Sin embargo, Job con su respuesta, fue un hombre íntegro y fiel a Dios. El dolor y el duelo que enfrentaban fue muy muy fuerte como matrimonio. En un abrir y cerrar de ojos todo se les había venido a bajo. Solo se tenían el uno al otro; más en sus palabras no había consuelo alguno.
Amiga que me lees, cuántas veces respondemos sin temor, sin reverencia. Cuántas veces expresamos oraciones, frases o palabras sin filtro. Sin analizarlas y ver si realmente son de edificación. Palabras que son como flechas que laceran el alma del que las recibe. íCuidado!
Esta es la alerta hoy para ti y para mí. Como dice la Palabra, de la abundancia del corazón habla la boca. Entonces, ¿qué reflejaba el corazón de la esposa de Job? ¿Qué refleja tu corazón mientras lees estas líneas? ¿Qué refleja tu corazón en los días de dolor?
Oro para que la realidad de tus circunstancias no te aleje del Padre. Que ni el quebranto, ni la amargura o el dolor, jamás te hagan expresarte de forma indebida. Que la ansiedad y los días grises no sean más grande que tu fe.
La desesperación es algo que todos experimentamos, que nos hace actuar sin pensar. Que nos desconecta de la oración y del rostro de Dios. La esposa de Job es un vivo ejemplo en el cual nos podemos reflejar en momentos de tristeza, en donde pensamos que no hay salida y que ya todo llegó a su final.
Creo que todas hemos tenido en algún momento una respuesta fatua...
Una respuesta sin pensar.
Una respuesta que no refleja paz.
Una respuesta que no es consoladora.
Una respuesta con ira.
Una respuesta con desesperanza.
Una respuesta con menosprecio.
Una respuesta irreverente.
Una respuesta colérica.
Una respuesta que nos desconecta de Dios.
Y hay muchas más respuestas de las que podemos escribir, pero si algo me llevo en mi corazón de esto, es la importacia de coronar a nuestros seres amados con respuesta suaves y amables. Como dice la Escritura en Proverbios 15:1-2:
La blanda respuesta quita la ira;
Mas la palabra áspera hace subir el furor.
La lengua de los sabios adornará la sabiduría;
Mas la boca de los necios hablará sandeces
Oro con todo mi corazón para que podamos dar respuestas blandas a nuestros seres amados en general. A nuestra familia directa e indirecta. Que de nuestra lengua pueda salir Espíritu de sabiduría, para que cada palabra adorne el corazón y el alma de quien la reciba. Orar para que la penumbra de los días difíciles no nos hagan caer en pecado o desobediencia.
Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. 1 Corintios 6:20.
Leer este versículo es un recordatorio de la respuesta de su esposo Job. Quien en medio de la enfermedad, del luto, y del dolor nunca dejó de glorificar a Dios.
Luego de analizar estos aspectos, pudieras imaginar cómo se sentiría la esposa de Job, luego de la contestación que el le dio. Pienso que fue una directa al corazón, para aterrizarla en el momento justo. Una de esas que te hacen sentarte y evaluar la manera en que te estás conduciendo.
La vida de Job y la de su esposa jamás volverían a ser igual. Después de su proceso hubo una gran madurez, una gran revelación; la que estoy segura ambos recibieron de parte del Altísimo.
Ambos pudieron experimentar el perdón de Dios, ambos recibieron retribución luego de su aflicción. Su postrer estado fue bendecido más que el primero (Job 42:12). Su relación de esposos fue restaurada también, pues tuvieron la gran bendicion no solo de recuperar sus riquezas, sino también de volver a coincibir hijos e hijas.
El dolor y la tristeza quedaron atrás. La mujer fatua también en el pasado quedó. Dejemos atrás las respuestas que no agradan a Dios, las respuestas que no edifican y sobre todo las que no exaltan y bendicen el nombre de Dios. Más tomemos como norma las respuestas blandas para aplacar los momentos difíciles.
A Job y a su esposa un nuevo tiempo los visitaba. Como lo resume el profeta Isaías 35:10
Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido.
Agradecida del Padre porque cuando pone algo en nuestros corazones mientras buscamos su rostro es con el propósito de ministrarnos y bendecirnos.
Con amor,
Xiomy M.
Amén!