"Hágase tu voluntad en la tierra, así como se hace en el cielo". Mateo 6:10
Desde niña he tenido en mi mente la oración que Jesús le enseño a sus discípulos cuando estos le preguntaron a su maestro cómo debían orar. El tan conocido "Padre nuestro".
En un tiempo atrás meditaba en la parte que dice que haga aquí en la tierra tu voluntad, así como en el cielo. Por un instante permanecí detenida en "la tierra"; preguntándome si el Maestro además de referirse a la Tierra como planeta o lugar donde habitamos, se refería también a hablarnos a nosotros como hijos suyos, como creación suya.
Dice la Palabra en Génesis 2:7, "Entonces Dios el Señor formó al hombre de la tierra misma, y sopló en su nariz y le dio vida". En varias versiones nos indica del polvo de la tierra, en la versión Dios Habla Hoy, nos indica que es la tierra misma. ¿Interesante no?
Osea que la materia prima que el Creador utilizó para crear al hombre fue la tierra. Y mientras más le daba vueltas en mi cabeza podía ver claramente que en esa tierra que nos enseña Jesús no sólo está el lugar donde fuimos plantados; sino también cada uno de nosotros. Estamos diciendo: "Señor que en la tierra de mi vida, se haga tu voluntad. Prepárame Jesús porque si en la tierra soy fiel a tu voluntad y no a la mía; entonces te demuestro que estoy listo para habitar en lo celestial y eterno de tu cielo".
Si le indicaras a alguien: "que se haga en la tierra de tu vida Su voluntad", sonaría un poco fuerte. Pienso que muchos no lo tomarían con agrado. Sin embargo, si le expresas a alguien: "muéstrame las tierras que heredaste de tus antepasados, o me gustaría poder dar un paseo por las tierras que adquiriste con tu fortuna". ¡Qué diferente! Cobra otro tono. La persona sentiría cierto poder, en el buen sentido de la palabra. Conociendo que es una persona con poder adquisitivo y con terrenos bajo su autoridad.
Amiga que me lees, aunque no nos encante la idea de asimilarlo, la tierra es el elemento clave.
¡Fue solo tierra! El valor de nuestra "tierra" es demasiado importante. Dicen las Escrituras en Mateo 24:35, “que el cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán". La Tierra en la cual vivimos pasará, pero la tierra con la que fuimos creados no pasará. Tenemos acceso a la eternidad por medio del Hijo. ¡Aleluya!
Durante este primer semestre de estudios subgraduados, mi hijo mayor ha tenido la oportunidad de trabajar con un doctor especialista en Suelos. Precisamente esta foto que usé para este escrito es de él. Cuando la publicó en una de sus historias escribió: "Uno vuelve a donde fue feliz".
Puedes apreciar su mano con tierra. Cuando lo leí, mi corazón se estremeció. Llevaba tiempo con este tema y en cierto modo no le había dado la forma completa en mi mente. Hasta que vi su historia compartida y me dije: ¡es ahora!
Al ver la foto recordé su niñez, su infancia; pues todos los niños aman jugar con tierra. Y me incluyo porque yo jugué con tierra hasta el cansancio de niña. ¿Y tú jugaste con tierra?
¿Será que nos encanta porque nos identificamos con nuestra procedencia?
¿Será que nos gusta porque sabe nuestro espíritu que de ahí salimos cuando Dios sopló aliento de vida?
Te invito a que de hoy en adelante, puedas ver esta oración tan hermosa con otros ojos, con una nueva revelación y con nuevo significado. Permítele al Espíritu Santo que te hable, que te ministre. Él te llevará a ver que desde el componente más básico y principal en tu vida el desea hacer su voluntad.
Uno siempre vuelve donde fue feliz. En definitiva que para ser feliz hay que permitirle a Dios que haga su obra. Que ponga su mano. Hay que permitirle que intervenga. No solo en lo que nuestros ojos puede ver, sino también en aquello que no vemos. No solo en lo externo, sino también en esta tierra interna donde es necesario que cobre vida nuevamente.
Vida no para hacer nuestra agenda 2024, sino la voluntad de Aquél que desea hacer en ti y en mí como hace en el cielo. Que no haya ninguna oposición en ti.
Hoy la tierra cobra un nuevo sentido. Volveremos a
ser feliz cuando nos encontremos con nuestro Amado, con nuestro Creador.
Cuando todo empezó.
En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Génesis 1:1
Dios te bendiga.
Con amor,
Xiomy M. ❤️

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